DJ de bodas cerca de mí

Si quieres que la pista de baile esté llena toda la noche, necesitarás un DJ de bodas capaz de mantener a los invitados en pie, de pinchar la música que te gusta y de poner banda sonora a los momentos importantes con habilidad y esmero. Un DJ de bodas hace mucho más que simplemente darle al play, orquesta toda la recepción.

El DJ de bodas es uno de los proveedores más infravalorados y una persona, o equipo, a la que las parejas no suelen prestar suficiente atención. A menudo dejan su contratación para el último momento y, por consiguiente, no consiguen el tipo de entretenimiento con el que habían soñado para su boda.

Un DJ de bodas de calidad hace mucho más que poner música en una recepción. Crean el ambiente de la boda y controlan el desarrollo de los acontecimientos. Hay una razón por la que a los DJ se les llama MC (maestro de ceremonias), y es porque orquestan a sus invitados no sólo por la música que ponen, sino también por su dominio del horario.

Si decides que Spotify sea el DJ de tu boda, pierdes a una persona responsable y bien informada que puede ocuparse de tu banquete mientras tú disfrutas. ¿Cómo se supone que vas a perderte en el momento, cuando sabes que tienes que coger el micro y llamar a las mesas para ir a visitar el bufé? No se puede.

A la hora de controlar la agenda, un DJ de bodas con experiencia te quitará la responsabilidad de encima y acorralará a tus invitados de forma divertida y organizada. Se asegurará de que los eventos se desarrollen sin contratiempos y de que todo el mundo se lo pase en grande. Y esto último lo consiguen sabiendo cómo interpretar una sala. Un teléfono conectado a los altavoces se limitará a poner las canciones que tú le digas. En cambio, un buen DJ se hace una idea del ambiente y pone la música adecuada.

Recibir peticiones suele ser una parte importante del papel del DJ de bodas, y es otro aspecto en el que destaca. Los DJ pueden mezclar de forma competente y artística las (locas) peticiones que tus seres queridos les hagan durante la noche, sin ningún problema.

No se puede decir lo mismo de los DJ de móvil. La música se corta, las pistas se reproducen en orden aleatorio y, además, hay un grupito de fanáticos de la música alrededor del teléfono. Lo cual no crea buenas vibraciones.

El DJ de tu boda también habrá sido informado del tipo de música que quieres y no quieres que suene en tu recepción. Mientras que tus invitados pueden elegir poner lo que quieran en tu teléfono, sin apenas control. Esto significa que el ambiente que habías previsto para el evento puede quedar arruinado.

Encontrar al DJ adecuado para tu boda debe ser una prioridad, y decidir con antelación qué tipo de ambiente quieres para tu banquete te ayudará mucho. ¿Quieres algo suave y con clase? ¿O más alegre y animado? Esto se reflejará tanto en la personalidad del DJ como en la música que ponga. Así que intenta conocerlo antes para ver si su temperamento coincide con tus expectativas. De lo contrario, puede que acabes odiando cada minuto que pasen hablando por el micrófono o con tus invitados.

También merece la pena plantearse si sólo quieres que pinche un DJ en tu gran día o si prefieres que lo complemente un cuarteto de cuerda u otro tipo de banda en directo. Si tu presupuesto te permite contar con dos o tres formas de entretenimiento ese día, añadirás dinamismo al evento.

Los mejores DJ para bodas se reservan pronto y siempre están muy solicitados. Asegúrate de reservar el tuyo entre 9 y 12 meses antes del gran día para evitar decepciones, entre 6 y 9 meses como muy tarde. Mucho antes de la boda, habla con el DJ que hayas elegido sobre el equipo que puede necesitar y averigua si tú o el lugar de celebración necesitáis alquilar algo con antelación. Lo último que quieres el día de la boda es encontrarte con que faltan cables o que el DJ no tiene su propio micrófono.

Decidir con antelación qué DJ quieres que toque en tu boda también te ayudará con el presupuesto general, aclarando cuánto puedes gastar en otros proveedores dentro de la parte de entretenimiento de tus gastos.