Plano de asientos 
para la ceremonia de boda

Cómo organizar el plano de asientos de tu ceremonia de boda

Te explicamos cómo se distribuyen tradicionalmente los invitados en la ceremonia y te damos ideas para que, aun así, vuestros votos se sientan actuales y personales.

Elegante plano de asientos para la ceremonia

¿En qué lado del pasillo deben sentarse los invitados, según la tradición?

El lado en el que se sienta cada grupo de invitados viene determinado tradicionalmente por la religión. Por ejemplo, en bodas cristianas heterosexuales, la familia y amigos de la novia se sientan a la izquierda, mirando hacia el altar. En las bodas judías, la disposición se invierte, o bien se organiza por género en ceremonias más ortodoxas.

Crea tu plano de asientos

¿Dónde deben sentarse los invitados en una ceremonia de boda tradicional?

La norma general para la colocación de invitados en la ceremonia es empezar por las personas VIP y seguir hacia atrás. Los padres, abuelos, familiares más cercanos y vuestros grupos nupciales deberían estar lo más cerca posible de vosotros, si no están ya a vuestro lado en el altar.

La siguiente fila se suele reservar para el resto de familiares cercanos: tíos, tías, primos, etc. Cada familia es un mundo, por supuesto, y si no tenéis un grupo muy grande, o sois mucho más cercanos a vuestros primos que a vuestros hermanos —puede que incluso formen parte del cortejo nupcial—, podéis reorganizar sin problema estas dos primeras filas para adaptarlas a vuestra realidad.

Este “romper” con la tradición es especialmente útil cuando hay padrastros o familias ampliadas por segundas o terceras parejas. La revista Brides comenta que «en familias con padrastros, la disposición más tradicional es que la madre, su cónyuge/pareja y sus familiares más cercanos ocupen la primera fila, mientras que el padre y su grupo se sientan en la segunda». Pero hacedlo solo si os encaja y, por ejemplo, si tenéis más relación con vuestra madre que con vuestro padre. Si no es así, invertid el orden.

Si tenéis la suerte de que vuestros padres mantienen una buena relación después de haberse separado, podéis sentarlos a ambos en primera fila, intercalando otros familiares y sus parejas entre ellos.

¿Qué invitados deberían tener asientos reservados en la ceremonia?

Saber a quién darle asientos VIP en la ceremonia es clave para evitar susceptibilidades. Hasta ahora solo hemos mencionado las dos primeras filas, pero lo más recomendable es usar un plano de asientos para la ceremonia, como el nuestro, y planificar al menos las primeras 4–5 filas.

Estas primeras filas deberían estar reservadas para la familia directa —padres, abuelos, etc.— y el resto de la familia cercana. Normalmente incluirá padrinos, tíos y primos. La mejor manera de que los invitados estén seguros de dónde sentarse, y de darles además un pequeño toque emocional, es colocar su nombre en el asiento que les corresponda.

¿Cuándo deben sentarse las familias directas?

Los familiares directos que no formen parte del cortejo nupcial deberían ocupar sus asientos justo antes de que empiece la ceremonia. La tradición marca que se sienten después del resto de invitados no VIP, y que accedan a sus asientos en orden de cercanía a la pareja.

Este protocolo tan marcado para sentar a los invitados en la ceremonia no es para todo el mundo, pero sí otorga al momento un aire más solemne y especial.

¿Cuántos ujieres necesita tu ceremonia de boda?

La figura del ujier ha cambiado mucho con los años, hasta el punto de que en muchas bodas modernas ya no es imprescindible. Hoy en día, las invitadas no necesitan un acompañante masculino para encontrar su sitio. Aun así, cuando se hace bien, mantener esta tradición puede ser un detalle muy bonito y, además, ayuda a que todo el mundo encuentre su asiento con rapidez.

Si vais a organizar una ceremonia íntima, con un plano de asientos para 50 invitados o menos, basta con una persona, como mucho dos, para hacer de ujieres. Para unas 100 personas, sí conviene contar con al menos dos personas que se encarguen de acompañar a los invitados a sus asientos. A partir de ahí, calculad aproximadamente un ujier por cada 50 invitados, para evitar atascos y retrasos innecesarios.

No es necesario que todos los ujieres sean hombres, a pesar de lo que diga la tradición. Lo importante es que sean personas resolutivas, capaces de responder a las dudas con seguridad y de guiar con calma tanto a los invitados mayores como a los más jóvenes. Ya sea llevándolos directamente a su sitio o indicándoles de forma general dónde sentarse.